martes, 29 de agosto de 2017

El Amor es una Elección [Documental] - Vida de Santa Gianna Beretta Molla

El Amor es una Elección
[Documental]
Vida de Santa Gianna Beretta Molla


Santa Gianna Beretta Molla (1922-1962) fue una joven esposa y madre católica italiana que estudió medicina y se especializó en pediatría. Modelo insigne de profesional, era también deportista, amante de la ópera, del arte, de la belleza, de la cultura. Fiel seguidora de las enseñanzas de Cristo, entregó su vida para salvar a su hija. Puede ver un Documental sobre la vida de esta Santa al final de este post.


La Vida de Gianna Beretta

Gianna Beretta Molla nació en Magenta (provincia de Milán) el día 4 de octubre de 1922. Fue la décima de trece hijos, de una familia de clase media. Sus Padres, pertenecientes a la Tercera Orden Franciscana (como también ella misma pertenecerá), asisten diariamente a Misa. Desde su tierna infancia, acoge el don de la fe y la educación cristiana familiar. Considera la vida como un don maravilloso de Dios, confiándose plenamente a la Providencia, y convencida de la necesidad y de la eficacia de la oración.

El 4 de abril de 1928, Gianna hace la primera comunión. Desde ese día la Eucaristía se convierte en su indispensable alimento cotidiano. El 9 de junio de 1930, recibe la Confirmación. La formación espiritual y el apostolado de Gianna se fortalecen gracias a la Acción Católica femenina, a la que se apunta a la edad de doce años. En marzo de 1938, Gianna participa en un curso de Ejercicios Espirituales según el método de San Ignacio de Loyola. Las numerosas gracias que ella recibe la marcan para toda la vida. Allí ella profundiza los valores espirituales fundamentales de la vida espiritual: la necesidad de la gracia y de la oración, el horror del pecado, la imitación de Cristo, la mortificación; sobre todo, ella comienza a ver el apostolado como expresión máxima de la Caridad. Aprende a orar, es decir, a tratar familiarmente con Dios, a estar a solas con El, a tenerle en el fondo del corazón.  

Los años de estudios Universitarios son un tiempo privilegiado para el apostolado. Muy activa y llena de iniciativas, ella se gana la amistad de las muchachas: organiza excursiones, fiestas y juegos con la intención de entusiasmar a sus amigas del amor de Dios y del prójimo. Pero la acción debe ser sostenida con la oración y el sacrificio: «si queremos que nuestro apostolado no sea vano sino eficaz, ¡debemos ser almas de oración! Debemos rezar con fe a la Omnipotencia de Dios, que nos puede ayudar ... Y si después de haber trabajado lo mejor que hemos podido, fracasamos, hemos de aceptarlo generosamente; un fracaso, aceptado bien por un apóstol que ha puesto todo su empeño para tener éxito, es más eficaz para la salvación que un triunfo».

Habiendo obtenido el título de Doctor en Medicina y Cirugía en 1949 en la Universidad de Pavía, abre en 1950 un ambulatorio de consulta en Mésero, municipio vecino a Magenta. En 1952 se especializa en Pediatría en la Universidad de Milán. En la práctica de la medicina, presta una atención particular a las madres, a los niños, a los ancianos y a los pobres.

Su trabajo profesional, que considera como una «misión», no le impide el dedicarse más y más a la Acción católica, intensificando su apostolado entre las jovencitas. Se dedica también a sus deportes favoritos, el esquí y el alpinismo, encontrando en ellos una ocasión para expresar su alegría de vivir, recreándose ante el encanto de la creación. Se interroga sobre su porvenir, reza y pide oraciones, para conocer la voluntad de Dios. Llega a la conclusión de que Dios la llama al matrimonio. Llena de entusiasmo, se entrega a esta vocación, con voluntad firme y decidida de formar una familia verdaderamente cristiana.

Conoce al ingeniero Pietro Molla. Comienza el período de noviazgo, tiempo de gozo y alegría, de profundización en la vida espiritual, de oración y de acción de gracias al Señor. El día 24 de septiembre de 1955, Gianna y Pietro contraen matrimonio en Magenta, en la Basílica de San Martín. Los nuevos esposos se sienten felices. En noviembre de 1956, Gianna da a luz a su primer hijo, Pierluigi. En diciembre de 1957 viene al mundo Mariolina y en julio de 1959, Laura. Gianna armoniza, con simplicidad y equilibrio, los deberes de madre, de esposa, de médico y la alegría de vivir. 

Quienes la conocían dicen que fue una mujer activa y llena de energía, que conducía su propio vehículo –algo poco común en esos días–, esquiaba, tocaba el piano y disfrutaba yendo con su esposo a los Conciertos en el conservatorio de Milán. 

Una nueva maternidad se anuncia en agosto de 1961. En septiembre, al cumplirse el segundo mes de su cuarto embarazo, es presa del sufrimiento. El diagnóstico: un tumor en el útero. Se hace necesaria una intervención quirúrgica. Gianna es consciente de los riesgos que corre. Le ofrecen tres soluciones: 1°- la ablación (cortar) del fibroma y del útero que contiene al niño; esta intervención salvará ciertamente la vida de la madre, pero el niño morirá y ella no podrá tener otros; 2°- la ablación del fibroma y el aborto provocado; la madre salvará la vida y podrá tener otros hijos más tarde, pero esta solución es contraria a la Ley de Dios; y 3°- la ablación de sólo el fibroma, tratando de no interrumpir el embarazo en curso; sólo esta tercera posibilidad deja la vida al niño, pero expone a un grave riesgo la vida de la madre. 

Esposa muy amada, madre feliz de tres preciosos niños, Gianna debe ahora elegir y decidir: o una solución más segura para su propia vida, o la única para salvar la vida del niño. Pero ella decide en favor de la vida que siente crecer dentro de ella misma; acepta arriesgar su propia vida. El amor por el niño es más grande. «Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis; elegid –lo exijo– la suya. Salvadlo» dice con fuerza a los que están a su alrededor. Comienza la subida al Calvario con Jesús crucificado. 

Ella sabe lo que significa “ser una madre”: olvidarse de sí misma y donarse. Este amor de la maternidad, hasta el heroísmo del sacrificio de la vida, ella lo atribuye a Dios, fuente de toda paternidad y de toda maternidad (cf. Ef 3, 15). La mañana del 21 de abril de 1962, Sábado Santo, da a luz a Gianna Emanuela. Después del nacimiento, el estado de la madre se agrava. Cuando el dolor se hace demasiado intenso, ella besa el Crucifijo, “su gran consuelo”. Solicita un sacerdote y con gran fervor recibe los últimos Sacramentos. El día 28 de abril, también por la mañana, entre indecibles dolores y repitiendo la jaculatoria «Jesús, te amo; Jesús, te amo», muere santamente. Tenía 39 años. Sus funerales fueron una gran manifestación llena de emoción profunda, de fe y de oración. La Santa reposa en el cementerio de Mésero, a 4 kilómetros de Magenta.

El marido de Gianna, el ingeniero Pietro Molla, recordó hace algunos años a su esposa como una persona completamente normal, pero con una indiscutible confianza en la Providencia Divina. Según el ingeniero Molla, que falleció en el año 2010, el último gesto heroico de Gianna fue una consecuencia coherente de una vida gastada día a día en la búsqueda del cumplimiento del Plan de Dios. “Cuando se dio cuenta de la terrible consecuencia de su gestación y el crecimiento de un gran fibroma –recuerda el esposo de Gianna– su primera reacción, razonada, fue pedir que se salvara el niño que tenía en su seno”.


Santa Gianna en palabras de Pablo VI y Juan Pablo II 

«Meditada inmolación»… el Beato Pablo VI definió con esta frase el gesto de Gianna recordando, en el Ángelus del Domingo 23 de Septiembre de 1973: «una joven madre de la Diócesis de Milán que, por dar la vida a su hija, sacrificaba, con meditada inmolación, la propia». Es evidente, en las palabras del Santo Padre, la referencia cristológica al Calvario y a la Eucaristía.

Fue Beatificada por San Juan Pablo II el 24 de abril de 1994, Año Internacional de la Familia. Y Canonizada también por él, junto a otros cinco, el 16 de Mayo de 2004. 

En la Homilía de la Misa de Canonización, afirmó el Papa Polaco que «Gianna Beretta Molla fue mensajera sencilla, pero muy significativa, del amor divino. Pocos días antes de su matrimonio, en una carta a su futuro esposo, escribió: “El amor es el sentimiento más hermoso que el Señor ha puesto en el alma de los hombres”. 

A ejemplo de Cristo, que “habiendo amado a los suyos (...), los amó hasta el extremo” (Jn 13, 1), esta Santa madre de familia se mantuvo heroicamente fiel al compromiso asumido el día de su matrimonio. El sacrificio extremo que coronó su vida testimonia que sólo se realiza a sí mismo quien tiene la valentía de entregarse totalmente a Dios y a los hermanos. 

Ojalá que nuestra época redescubra, a través del ejemplo de Gianna Beretta Molla, la belleza pura, casta y fecunda del amor conyugal, vivido como respuesta a la llamada divina». 


Documental «El Amor es una Elección»

«El Amor es una Elección» («Love is a Choice») es un Documental realizado por la Productora Canadiense «Salt + Light Television Productions» sobre la vida de esta Santa moderna, que incluye entrevistas exclusivas con su esposo, con sus hijos y amigas, al igual que cartas personales y recuerdos de la familia.

El Documental incluye también la Ceremonia de Canonización en el Vaticano presidida por el Papa San Juan Pablo II. 






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El Amor es una Elección 
Santa Gianna Beretta Molla






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